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domingo, 24 de junio de 2007

La dialéctica de la modernidad

En construcción de los estados-nación que se crearon a partir de las luchas entre ellos, pudieron haberse dados según Josetxo Beriain un proceso análogo con el llamado enemigo oculto que ya no esta presente con los estados si no con el llamado terrorismo. He aquí un aporte desde el siglo XX que analiza Beriain, pero habría que recordar que algunas de sus paginas bien exaltan ciertos chovinismos, pero aun así la critica sin tener algunas veces nombres propios si deja ver explícitamente que el policía de mundo y las referencias hacia las incursiones en Irak y Afganistán dejan a los estados unidos como el gran diablo. Por supuesto que no podría mandar la critica así no mas sabiendo que un intelectual quedaría muy mal parado si hace algo como eso, así que hace un énfasis con los pensadores europeos, pero aun así el sentido critico queda muy en el aire. Por ejemplo, el supuesto exceso en los planteamientos Nietzscheanos que darían para que un Hitler subiera la poder hace que el lector efectivamente piense que la construcción del estado Alemán mucho tiene con lo salvaje y xenófobo, pero hace que el lector poco se acerque a la filosofía alemana. Además de esto poca referencia el hecho que en general la política de segregación fue herencia primera por los europeos que aun siguen considerando que ellos son la elite cultural del mundo. Habría que analizar bien este punto porque algo muy claro es que ninguno de los dos “polos” (europeos y americanos) sufre de servilismo, y esto hace que en sus habitantes su exaltación sea a veces excesiva pero nunca dudan de ella. Aun así, hoy un tercer polo como el poder del petróleo en el mundo islámico o los Judíos, no pretenden homogenizar la humanidad si no mas bien darles a entender que su política es mas cerrada por permanencia de culturas. No obstante estas criticas que parecen muy en el aire, hay que verlas desde donde se esta parado, primero porque el llamado policía del mundo puede inventar incursiones en nombre de la humanidad que jamás lo ha elegido representante, y un continente que critica abiertamente estas políticas pero que aun hoy con algunas ONG venden sus limosnas y favorecen algunos grupos guerrilleros para desestabilicen a los países latinoamericanos y encausar el discurso contra el “gran diablo” para extender su hegemonía. Es allí donde puede quedar corto también el relato de Beriain, ya que la nueva guerra también se vuelve intemporal y sin usar recursos propios…ahora existen los intermediarios o “salvadores del mundo”

Tampoco podría ser conveniente decir que abusando un poco de la incertidumbre o el afán de promulgar nuevas teorías, estaríamos en un estado de barbarie que no ha superado en nada las nuevas tecnologías. El nuevo caos (si se le puede llamar así) no esta acompañado en el sentido Hobbesiano de una violencia extrema, o según Weber de una falta de construcción en las identidades, y mucho menos creería que ahora el gran dominador es el policía del mundo que nos vigila. Acercaría un poco esta afirmación a la creación de enemigos, véase entonces que sola la lucha es contra el terrorismo en el sentido de la política, pero poco si lo analizamos parados desde nuestro continente, en un juego de marionetas y de guerras sin territorio. La barbarie precisamente en el sentido de Beriain esta en lo impotente y la falta de acción, y son como estas afirmaciones un poco heredadas de la filosofía moderna en donde la incertidumbre permite la creación de otras nuevas teorías, genere que el nuevo afán por construir naciones fuertes lleven a nuestros países a adoptar las llamadas “modas” y siga el juego permanente de los dos bloques hegemónicos. Las revoluciones como lo señalaba Beriain “fortalecen la capacidad nacional para desencadenar guerras”, pero son estas precisamente si se tiene en cuenta que le re-evolución no permitiría la barbarie que estos discursos sobre el estado actual de la política mundial no funcionaran, aunque el valor descriptivo de lo anterior puede servir.

Los adivinos según esto ultimo no existen, y podría resultar perverso entonces hacer un llamado para el colectivo en general, porque entonces seguiríamos la dinámica de llamar guerra mundial a una guerra que solo fue europea pero que sus resultados tenían que ser los de toda una lucha que era mundial, incluyendo así estados que poco apoyaban la guerra. Bloques hegemónicos aun así apoyan que sus guerras sean disputadas por otros y su negocio el de la crítica mutua.

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