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miércoles, 18 de junio de 2008

Los pobres argumentos y las pobres ideas

Sociedades como la nuestra estan acostumbradas a dar argumentos sin suponer que estos tendran repercusiones y que estaran sometidos al debate. Esta manera tan irresponsable de hablar hace que no nos midamos y que nos parezca muy gracioso cuando algún personaje de estos peudointelectuales que yo mas asemejo a la comedia, sale diciendo alguna frase bonita o con una cita de un autor, inmediatamente lo alabamos lo bedecimos y lo adoramos. El sentimiento dogmático y de pauperización en el rigor propio de nuestra forma de hablar, hace que nosotros mismos nos creamos nuestras propias mentiras y que situemos en el lugar de la verdad a alguien que resulta estar mas confundido que nosotros. Pero no todo esta perdido, aun existe algo mucho peor, no contentos aún con nustras propias limitaciones de "intelectuales", le apostamos a decir una que otra clase de palabras en debate público o en algún salón de clase, pero es allí donde empiezan los problemas, ya que aparece uno que otro sujeto tratando de tumbarnos nuestro argumento y entonces de una sola vez lo empezamos a mirar mal, empezamos a escuchar todo lo que dice y a falta de buenos argumentos nos dirigimos de la forma y de las buenas costumbres al hablar. Alzamos nuestra voz, hacemos gestos con la mano, o incluso llegamos a voltear a mirar a otros lados.

Tristes entonces la dinamicas del salón de clase, tristes las charlas con aquel que solo piensa en encerrarse en su nicho y en creer saber mas que los demás, y mas triste es el que sabiendo que los argumentos del otro son mas fuertes, no acepta que ese punto de vista resulta válido y puede ayudar a la superacón personal de ambos en un proceso llamado "feedback" o retroalimentación. Mejor aún resulta descubrir que no somos las unicas victimas de estas discusiones vanales entre intelectuales, si no que a su vez mientras tanta mierda se esta echando, otros tantos toman decisiones dignas de practica, y entonces son las victimas invisibles las que mas afectadas quedan, por ejemplo el estudiante, el pupilo o en su defecto el paciente. Acaso no vemos que en la práctica otros tantos no se limitan a sueños tan trascendentales y postmodernos si no que van al punto y saben que lo cercano que se nos hace tan "conocido" en realidad lo ignoramos completamente.

2 comentarios:

miller dijo...

el creer que siempre se tiene la razon con bajos argumentos y refugiandose en el agora de la cultura de un solo pueblo como armadura contra comentarios es el opio de la ignorancia y de la intolerancia algo que en realidad lleva nuestro pais a la decadencia

Andrés Lizarazo dijo...

La verdad no entiendo ese comentario, me parece mas la poesia que se usa que lo que realmente quiera expresar. Los buenos argumentos hablan por si solos, son claros y contundentes, no brumosos y demagogicos.