La parapolítica
por cubrirse bajo el manto de popularidad del presidente Uribe. Adujeron
que las investigaciones buscaban afectar la legitimidad del mandatario y su
política de Seguridad Democrática. La argucia hubiera caído en el vacío, de no
ser porque el propio Uribe acogió esos argumentos. Desde entonces, y cuando
hay avances en las investigaciones, el presidente los ha esgrimido reiteradamente
contra los medios y la justicia, y a favor de los parapolíticos. A pesar de los
ataques, las investigaciones han continuado y los congresistas han optado por
diferentes estrategias. Unos, como el representante a la Cámara por el Magdalena
Jorge Caballero, huyeron del país antes de que la Corte les dictara orden de
captura. Otros, como los senadores Luis Eduardo Vives y Mauricio Pimiento,
escogieron acatar la decisión de la Corte, mantener su fuero parlamentario y defenderse
ante ese Alto Tribunal. Otros, como el senador Álvaro Araújo, prefirieron
renunciar a su curul. Adujeron que como ciudadanos del común tenían más
garantías, dado que podían optar por una instancia de investigación en cabeza
de la Fiscalía y otra instancia de juzgamiento en cabeza de un juez. Además, que
tendrían recurso de segunda instancia a la decisión de ese juez, e incluso recurso
de casación ante la Corte Suprema. En los debates de la Asamblea Constituyente
en 1991 se estableció un juzgamiento más exigente para los miembros del Congreso
dadas sus responsabilidades mayores ante la sociedad, de tal manera que
estos son investigados y juzgados por la misma Corte y en sus fallos no cabe la
segunda instancia.