Obedeciendo lo desconocido

Desde hace un tiempo atrás cuando empecé mis años en la facultad, que uno de los mayores problemas que venia en nuestras sociedades actuales es precisamente el de la falta de identidad, ya falta de identidad me refiero que estamos rodeados de un montpon de etiquetas que nos dicen mucho pero al final no nos dicen nada, es decir, si llegamos al fondo del asunto, la cantidad de etiquetas lo que hacen es empobrecer la busqueda de lo que somos. Y ojo, yo me atrevería a poner la mayúscula sobre la "b" de busqueda, porque es en el ejercicio de exploración en donde uno aprende, o como quiera llamarlo usted señor lector, "caminante no hay camino...". La confusión con la que vivimos, el sinsentido y no estar en ninguna parte, llevan a que busquemos de manera desesperada en distintos lugares encontrarnos, casi por obra milagrosa con nosotros mismos, lo que somos, en lo que "mejor nos desempeñamos", un lugar en donde seamos aceptados y que aceptemos porque es el lugar en donde nosotros renunciamos a las reglaas y simplemente nos sometemos. Es muy curioso, pero resulta así, cuando pensamos que hemos llegado finalmente al puerto conocido después de naufragar mucho tiempo a la deriva, encontramos la salvacion precisamente renunciando a la libertad, la misma que puede compararse con la inmensidad del mar en donde naufragamos. Pero cuando llegamos a una de esas islas, que antes creiamos que estaban habitadas por un grupo de locos que creyeron llegar al paraiso, ahora, se convierten en la salvacion que estamos buscando, no sabemos exactamente de que nose stamos salvando, pero de algo si estamos seguros y es que estamos cayendo. Precisamente por esa oscuridad con la que abordamos la crisis, es que terminan vendiendonos cualquier cosa como la panacea a todo, y por eso mismo, seguimos obedeciendo a aquellos que nos vendieron el placebo de la solucion, cuando ellos mismos viven en una crisis interna que deciden resolver centrando sus esfuerzos en engañar (los mas perversos) a los que buscan salida, o (los menos perversos) que pasan toda su vida intentando demostrar lo indemostrable.