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lunes, 20 de octubre de 2008

De los modelos propios...

Pensar en un modelo propio es hacer el ejercicio propiamente de pensarse. No solo como un sujeto que ha de dar respuestas a posibles dificultades, si no que también es un ser autónomo que posee la acción y el derecho legitimo de expresarse contra o a favor de aquello que crea le falta a algo, en este caso a la educación. Ahora que he de hacer dos distinciones frente al trabajo del profesor Rafael Ávila que he de considerar básicas, no solo por creer a mi manera de ver que son importantes, si no porque veo en estas dos unas de las falencias que quizás el profesor señalo pero que no profundizo. La primera de ellas hace especial énfasis en la distinción en principio a guisa de ejemplo entre educación y arte, separando de manera ordenada a la primera como un conjunto de teorías y a la segunda como una acción en su “razón de ser”, y digo porque primero algunos se apegan a las teorías (educación) y dedican la mayor parte de su tiempo a buscar las soluciones a estos problemas haciendo “abstracción” desde sus escritorios y como el cocinero, escribiendo la receta para que otros la apliquen. Mientras que por el otro lado están los que hacen su trabajo como razón de ser mas no como modo de pensar en porque es esta su razón de ser y no otra. Es decir, aquellos para quienes resulta mucho mas fácil hacer las cosas sin detenerse a examinarlas con atención y se convierten en reproductores de cultura (teniendo plena conciencia de ello que es lo peor), y haciendo del ejercicio mental un tiempo pasado que se dejo en la universidad o aun peor en el colegio. Y son estos dos extremos por los que se juzga constantemente al maestro, tanto el primero por dejar el ejercicio su practica a un lado por vincularse a mejor status que mas tienden a lo político, como aquellos a quienes se les facilita mucho mas que otros hagan el trabajo de pensar por ellos mismos, y se vuelvan recitadores de pies de pagina.

El ejercicio de razón esta presente en todos los seres humanos, aunque no se puede negar que unos lo hacen con mas calidad que otros, y aunque no se espera que le maestro tenga respuestas a todos los interrogantes, si se espera que el ejercicio que haga lo haga con calidad, así es que tanto el ejercicio docente como el científico no se pueden limitar a lo que esta escrito. Y como tal se debería exigir al maestro que haga publicaciones de calidad, que se piense el mismo como un intelectual y un investigador, pero por supuesto sin caer en los vicios que arriba ya mencione. Un maestro no debe caer en errores gramaticales, y menos aun cuando rápidamente estamos entre extremos.

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